viernes, 15 de septiembre de 2017

Homo sapiens vs Homo sensorium

Sense8

Narra la historia de ocho personas de diferentes partes del mundo que, tras una trágica muerte, se encuentran emocional y mentalmente conectados.


No sabría cómo empezar a hablar de una serie tan brutal. 
Aún sabiendo que no habría tercera temporada y que todo lo que obtendría como final sería un capítulo de dos horas, me animé a verla. ¡Y menos mal que lo hice!


La trama es una de las cosas que más me llamaba la atención. Sentía mucha curiosidad por saber cómo los hermanos Wachowsky habrían solventado el que cada personaje estuviera en una punta del mundo y cómo se desarrollarían las tramas para hacer de una idea sencilla, una serie que se va volviendo más compleja capítulo a capítulo. Empiezas la serie entendiendo poco o nada, haciéndose incluso lenta en algunos momentos, para llegar a un punto en el que te metes tanto en la serie que no puedes parar de verla.
Pero no solo el argumento de la serie es una genialidad. 
La banda sonora es acertada, pegadiza e incluye algunas de las mejores canciones que existen. Los momentos en los que suena Baba O'Riley o What's up? son algunas de mis escenas favoritas de la serie.
Pero es que el montaje tampoco se queda atrás. Ni la fotografía, ni siquiera el sonido. Las localizaciones en las que tiene lugar la serie, sobre todo las de la India o Nairobi suponen un regalo para los ojos.



Con esta serie he llorado, sobre todo con Sun. Pero también he reído con Lito, he suspirado con Kala y Wolfgang, me he desesperado con la tristeza infinita de Riley, he sentido valor con Capheus y Will, he vuelto a creer en el amor incondicional con Nomi, y hasta he odiado algunas escenas y personajes. 
El viaje de todos es impresionante, aunque es inevitable tener preferencias por alguno más que por otro, y por eso Sun, Wolfgang y Lito (maravillosamente interpretado por Miguel Ángel Silvestre) han acabado siendo mis sensates favoritos. Sin dejar de lado a Amanita, que ha hecho que me emocionara en más de una ocasión, llegando a verla como el 9º sensate. Debo hacer una mención especial a Felix, Bug y Hernando porque no me he podido encariñar más de unos personajes secundarios.

El mundo LGTB está muy presente en toda la producción, tema que ha sido muy controvertido. En todas las series se deberían ensalzar un poco más las relaciones homosexuales, para que de una vez, la gente empiece a verlas como lo que son, normales.

No puedo dejar de comentar los momentos en los que todos los sensates se reúnen, que empiezan a ser más asiduos en la segunda temporada. No puedo dejar de hacerlo porque hacen vibrar al espectador. 
De verdad, el trabajo de casting no podría haber sido mejor.



Puede que no sea la mejor serie que he visto, ni la que más voy a recordar, ni siquiera la que veré cuando no tenga nada que me enganche como lo ha hecho esta serie. Pero si que es una serie genialmente contada, con unos actores de escándalo y original. Muy original.


Han dejado muchas puertas abiertas todavía, así que espero un gran capítulo final. 
Mientras tanto, ¡sigan viendo series!
B.

viernes, 10 de febrero de 2017

Ojos que ven, corazón que siente

Manchester frente al mar 


Lee Chandler (Casey Affleck) es un solitario encargado de mantenimiento de edificios de Boston que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal tras enterarse de que su hermano Joe ha fallecido. Allí se encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo. De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le llevó a separarse de su esposa Randi (Michelle Williams) y de la comunidad en la que nació y creció. 

Con esta película he tenido sentimientos encontrados. Me explico. Antes de verla, tenía ganas, pero también pensaba que sería la típica que voy dejando en la lista de 'películas que quiero ver' por ser lenta y no acabar de convencerme la sinopsis. 
Pero tengo un buen amigo cinéfilo de esos que ya no quedan, al que le gusta el cine de autor, y hables del director que hables nunca te responderá con un: ¿Quién es ese, qué películas ha dirigido? 
Es como una buena enciclopedia de cine, y con un gusto exquisito. Por eso, me convencí de verla. Y para qué nos vamos a engañar, la empecé a ver sin mucho entusiasmo. 

Tras un par de tomas, empecé a enamorarme. 
Me enamoré de Manchester, de sus paisajes, de sus habitantes y de su historia por contar, hasta tal punto de haber buscado su localización en el mapa, y querer ir a visitar esa ciudad que tanto me ha hecho sentir.
Además de todo esto, la banda sonora crea una fluidez maravillosa, que se integra perfectamente con todos los elementos que la rodean y hace que sea un placer aún más grande ver 'Manchester frente al mar'.


La historia es sencilla, tortuosa, apremiante, sorprendente, pero siempre sencilla. Algunos pensarán que estoy loca, pero no creo que sea una película que se base en grandes acontecimientos. 

Llegados a este punto y a esta conclusión, creo que he de explicarme una vez más. Sí que hay grandes acontecimientos, pero están tan bien contados, son tan reales, que dejan al espectador con la sensación de haber visto una historia que no cuenta mucho. 
Podrían pensar que eso no la hace una buena película, pero no lo hagan, sería una gran equivocación.
Las escenas se van sucediendo una tras otra, de una forma sutil, bien hilvanada y con una forma de narrar tan imperceptible, que resulta natural como la vida misma aunque las situaciones que se crean no lo sean. 

No conocía a Kenneth Lonergan, pero al ver unas pocas secuencias he podido entrever que cuida cada detalle, cada fotograma y cada actitud de sus actores. Y que el duelo y la miseria son dos sentimientos que sabe plasmar perfectamente con una dirección genialmente estructurada.

Solo me queda decir que Casey está sublime en su papel, su personaje (Lee) esconde una gran historia tras esa fachada de introversión, hasta tal punto en el que habrá momentos durante el metraje en los que no puedan contener una pequeña lágrima cayendo por sus mejillas, casi sin darse cuenta. Podría dar un curso acelerado y ponerme a hablar de técnica, pero hay veces que los tecnicismos se quedan pequeños para describir sentimientos. Sientan a su personaje, no hace falta saber mucho para darse cuenta de que Casey Affleck ha dado con el papel de su vida. 


Hace poco vi una entrevista en la que decía que cuando había llegado el guión a sus manos se había quedado tan fascinado, que pensó que no le importaría que nadie fuera a verla al cine, que merecía la pena correr el riesgo. Y no se equivocó. Eso sí, puede que después del 26 de Febrero de 2017, Matt Damon se tire un poco de los pelos por haber pasado el papel a su amigo.
Haga lo que haga este año la academia, este señor ha construído un papel de Óscar. 

No puedo dejar de nombrar a una Williams espectacular, no en vano, es una de las grandes actrices infravaloradas de los últimos años.

Y por último pero con la misma importancia, debo nombrar a Lucas Hedges. Lo había visto en alguna producción siendo aún más joven de lo que ya es y la verdad es que no le había dado mucho crédito. Tras ver 'Manchester frente al mar' será difícil borrarle de mi retina. Casey se echa sobre los hombros la mayor parte del metraje, tal como su papel requiere, pero sin Patty (Lucas Hedges) nada cobraría ningún sentido. Créanme que lo entenderán al recorrer las casi dos horas de duración de la producción.


Me quedo con dos grandes personajes principales, con una historia dura, que destruye, pero también recompone, y con cómo la familia puede suponer la salvación para uno mismo.


Hasta pronto, 
B.